El bombardeo de anuncios en la actualidad es más constante. Todos hemos pasado por esa situación donde vemos una y otra vez el mismo comercial, hasta el punto de buscar diferentes maneras para evitar verlo de nuevo. Esto se denomina en el mundo del marketing como: fatiga publicitaria.
No importa si tu spot es impecable. Si fatigas a tu público objetivo puedes pasar la línea delgada entre “simplemente lo ignoro” a “no me gusta esa marca, no la recomiendo”.
Cuando el medio principal era la radio o televisión, la fatiga publicitaria era casi imperceptible en el común, pues estos espacios comerciales se vendían en formato “cronograma”, por lo que las marcas que invertían en esto planeaban de manera estratégica pensando en el público y horarios.
¿Por qué ocurre esto? Hay diferentes razones, pero en términos generales se podrían explicar desde dos perspectivas: medio y tecnología.
Los medios en cuanto sus promesas de valor al momento de ofrecer un número de impresiones o alcance por pauta, por lo que un usuario puede ser elegido para dicha publicación y automáticamente se le presentara hasta que la plataforma cumpla con su promesa. Este va de la mano con otro factor y es uso de la segmentación de los clientes potenciales, donde entra el tema: ciudad, edad, gustos.
Y la tecnología cumple un rol primario, ya que esta fatiga también se presenta por el exceso de uso de los aparatos electrónicos, como ocurre con los medios de primera y segunda pantalla.
Los medios sociales son conscientes de esta problemática, y algunos han añadido diferentes herramientas para controlarlo, sin embargo, es una situación que hasta la actualidad no se ha moderado del todo.
Los mercadólogos recomiendan hacer uso de la regla de las siete veces, la cual consiste en que una persona escuche 7 veces un anuncio para realmente captarlo, pero tampoco llegar a caer en los excesos de repeticiones, y de allí nace el debate, ¿cómo encontrar un equilibrio para que el contenido no sea aburridor?
Dentro de la gran variedad de tipos de video, hay una oportunidad y opción para romper con este molde y son: Las cápsulas.
Se conocen popularmente como un formato compacto para representar una idea en un video de corta duración. Pero este no es el caso, la forma correcta de aprovechar el formato es escogiendo dos caminos diferentes a nivel temático.
1. La cápsula como herramienta para diversificar contenido y narrativas
Un contenido puede tener diferentes narrativas, diferentes personajes, diferente música y diferentes animaciones (así reducimos la fatiga) siempre y cuando exista un mensaje sombrilla que represente el objetivo común de cada video. Básicamente, es un mensaje específico o general, presentado de diferentes formas. Mira algunos ejemplos:
2. La cápsula como método para transmitir diferentes mensajes, pero con una temática y estilo específico
En este caso la dirección de arte, los personajes, las animaciones y hasta la música comparten similitudes muy fuertes. La narrativa y el estilo si pueden cambiar, pero aquí la temática tiene que sentirse igual en casi un 90%.
En ProducciónAparte hemos trabajado de la mano con diferentes marcas en la creación de cápsulas de video, si te interesa incluir este tipo de formatos dentro de tu estrategia digital y alcanzar el top of mind de tu público, ¡contáctanos ahora!